10 diciembre, 2023

Le llueven huevos a un oportunista llamado Pedro Olvera

San Luis Potosí, SLP.- Pedro Olvera Vázquez, quien este 13 de febrero recibió una «hueviza» de militantes del PRD, renunció a ese partido el 2 de enero del 2019, y ahora trabaja para el gobierno del priísta Juan Manuel Carreras.

Aunque en su carta de renuncia especificó que esta era con carácter de «irrevocable», Olvera hoy tiene el descaro de intentar regresar a dirigir el partido, no apoyado por las bases, sino por algunos contactos que mantiene en la dirigencia nacional.

Pedro Olvera ya era visto como un traidor al perredismo y al gallardismo, incluso antes de la citada renuncia donde aseguró que ese instituto politico estaba «infestado» de gente que solo buscaba satisfacer «ambiciones personales».

Y, aunque tuvo acceso a varios puestos que el gallardismo le concedió, como la secretaría general en el Ayuntamiento de Soledad y una sindicatura ahí mismo, luego, incongruente y desleal, aseguró en su dimisión al partido que éste estaba «secuestrado» por «mercachifles de la política».

Tales aseveraciones carecían de seriedad en alguien que tuvo oportunidad de demostrar su profesionalismo, y más bien sumó a un pobre desempeño las dudas sobre su honradez, al ser acusado de comprar un auto robado, por lo cual incluso estuvo algunas horas preso.

Ese repudio del que fue objeto el ahora responsable jurídico de la Oficialía Mayor del gobierno estatal también iba dirigido contra Ángel Ávila y Fernando Belauzaran, oficiosos integrantes de la dirigencia nacional que acababan de sostener una plática con el ex perredista.

Con esa reunión, quedó visto que la reciente salida de Ricardo Gallardo Cardona del PRD muy pronto desató las ambiciones oportunistas de un grupo que está vinculado y ha sido beneficiario directo del gobernador Juan Manuel Carreras.

Destacan en ese grupo de arribistas el magistrado Juan Ramiro Robledo y el secretario general de Gobierno Alejandro Leal Tovias.

Los tres vienen de una anacrónica camarilla priista conocida en la grilla local como los «macabeos», y hoy aprovechan para su peculio lo que saben serán los últimos años que podrán disfrutar de un gobierno emanado del PRI, cómo es el de Carreras López.

En la renuncia del diputado federal Ricardo Gallardo Cardona al PRD los citados carreristas por conveniencia quieren ver una peregrina oportunidad de quedarse con el control de ese instituto politico que resiente una grave crisis en todo el país, pero que en San Luis Potosí tiene todavía una fuerza considerable.

Quieren manipular al PRD con miras al 2021, cuando buscarán también posibilidades en MORENA para una candidatura a gobernador de Juan Ramiro Robledo, quien como candidato perredista resintió un fracaso total frente a Fernando Toranzo en el 2009.

Robledo Ruiz es aborrecido por las bases del partido de AMLO en San Luis, pero la amistad que el ex senador mantiene con el presidente les hace guardar esperanzas.

Aunque fue candidato a gobernador por el PRD, y se confiesa lopezobradorista, Robledo no tuvo empacho en aprovechar privilegios y espacios de poder a la llegada del actual gobernador.

Con Carreras López en Palacio, Juan Ramiro no solo consiguió ser magistrado en el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, sino que también colocó a su hijo Juan Ramiro Robledo López como titular de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.

El junior renunció el 13 de febrero, luego de un lamentable desempeño que provocó incluso actos de violencia entre taxistas libres y choferes de la plataforma Uber. Ya el colmo fue cuando inspectores a su cargo le propinaron una golpiza a un ciudadano, bochornoso suceso que fue difundido con profusión en las redes sociales.

Las ambiciones respecto al PRD de ese grupo incrustado de una u otra manera en el gobierno del estado es muy probable que no tengan éxito, pues aunque Gallardo Cardona dejó al partido, este sigue dominado por al menos un 90 por ciento de consejeros gallardistas.

Eso sin contar con múltiples representantes de ese partido en cargos públicos: regidores, presidentes municipales, diputados locales y federales, e incluso a la senadora perredista que fue la más votada en todo el país: Leonor Noyola Cervantes.

Ninguno de ellos ha mencionado siquiera la intención de abandonar el partido, similar actitud guarda quién originó esa corriente política llamada «gallardismo», Ricardo Gallardo Juárez.

Tal estructura, que sigue sin ser afectada, es el principal obstáculo a las pretensiones del juanramirismo gobiernista.

De tal manera que la penosa «hueviza» puesta a Olvera Vázquez esta semana puede verse solo como un adelanto de lo que les espera a otros que, al igual que Olvera, ya se mueven para, según dicen, desplazar al gallardismo del PRD.

Esos voluntariosos parecen no advertir que, si expulsan a los gallardistas o estos deciden emigrar a otra organización, de dicho partido no quedaría ni el cascarón.