6 diciembre, 2024

No todos los héroes llevan capa, policía municipal le roba una sonrisa a los niños…

San Luis Potosí, SLP.- El oficial de la Policía Municipal en la Capital Manolo Balderas busca que se retome la admiración de los niños hacia esta autoridad, qué buena falta hace en la actualidad.

Dígame usted lector o si es necesario corríjame, no era de los niños que saludaba a los policías o elementos del ejército cuando iba con los papas, ya sea caminando o en el automóvil y los uniformados le reviraban el saludo, lo que nos generaba una alegría y que como consecuencia hasta teníamos el sueño de ser policía para hacer el bien de la sociedad.

Pues ahora el sueño se revierte y Manolo Balderas héroe sin capa busca de nueva cuenta la admiración por parte de los pequeñines, a través de la proximidad con ellos, para señalarles que se porten bien y hagan el bien por el mundo, obvio con un estímulo de reconocimiento en el cabello de los niños, como cuando felicitaban a uno y la mano de nuestro padre estrujaba la cabeza en símbolo de felicitación.

Además en el andar de este oficial otorga una golosina al presente del país, “esto lo hago por propia voluntad, el mejorar de México depende de ellos y todos tenemos que poner un granito de arena para conseguirlo ojalá más elementos se sumen a mi acción”.

Este honorable elemento sabe qué carga el peso de elementos que han puesto en vergüenza a la corporación, pero destacó que son mínimos los policías que actúan de mala manera y son más los que día a día buscan hacer el bien por la sociedad.

“Yo soy potosino y quiero lo mejor para los míos, estoy dispuesto a dar la muerte por mi país si es necesario, pero también quiero limpiar la imagen de la corporación de los malos elementos, por eso me acerco con los niños para que en un futuro busquen ser como uno y nos pierdan el muerdo para así defiendan a la sociedad de los delincuentes” recalcó.

A él se le ve por distintas arterias de la cuidad saludando a los niños sin descuidar sus actividades diaria, para también causarles unos segundos de felicidad y así también quitar la imagen de miedo a los pequeñines y por lo contrario resalte la admiración.